La estabilidad de entonces iba de la mano con el predominio del PRI (que había sustituido al PRM); lo uno sin lo otro resulta difícil de imaginar, pero más que ello -en sí mismo no poco- la contribución del Partido estuvo en mirar siempre hacia una mejor democracia, aún cuando esa posición conduciría a elevar las exigencias que él mismo enfrentaba para la preservación y conquista de los espacios de poder público.
Con el PRI en el gobierno y por su compromiso con el destino democrático del país, fue posible superar las tentaciones hacia los autoritarismos de izquierda y de derecha, que aparecieron en el entorno de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría. Con el PRI se realizaría una transformación de gran profundidad, al dejar atrás la tradición de los gobiernos presididos por militares, para arribar a los de carácter civil, en un proceso sin fracturas ni enfrentamientos . En 1947, el gobierno del PRI reconoció el voto de la mujer en las elecciones municipales, y en 1953, el derecho de las mujeres de votar y ser votadas en cualquier elección.
Aún así, estas medidas no impidieron el surgimiento de movimientos de inconformes que eran notables ya en los años cincuenta y más aún durante la década de los sesenta. En las elecciones federales de 1952 Miguel Henríquez Guzmán denunció falta de limpieza en las elecciones que le enfrentaban a Adolfo Ruiz Cortines del PRI. Eso produjo una oleada de protestas que en varias entidades de la República fueron reprimidas con violencia por el gobierno de Miguel Alemán. En un intento de dar salida legítima a la oposición, finalmente el PRI permitió la pluralidad de partidos en 1963, cuando el Presidente de México Adolfo López Mateos apoyó la introducción de los Diputados de minoría, por lo que los nuevos Diputados integrados al congreso pudieron aportar en la legislación electoral, de inversión extranjera y laboral. Esto permitió al panista Adolfo Christlieb Ibarrola ser elegido diputado.
Sin embargo, esa medida no contentó a todos los sectores de oposición, y el gobierno continuó con la represión violenta durante la década de los 60, así en 1960 se había producido la masacre de Chilpancingo donde resultaron muertas 20 personas. El clima de represión y violencia desembocaría a finales de 1968 en la matanza de estudiantes del 2 de octubre en Tlatelolco, la cual fue mandada a ejecutar por el presidente de ese entonces, Gustavo Díaz Ordaz. En esta matanza fueron masacrados entre 200 y 300 personas (algunas pocas fuentes llegan a hablar de 1500 muertos). Este hecho triste es ampliamente recordado aún en la actualidad y todavía fue mencionado en las elecciones de 2012. Es por eso que se considera a Gustavo Díaz Ordaz un desgraciado, causante de miles de muertes. En 1971 se produjo otra matanza grave, matanza del Jueves de Corpus aunque la cifra de víctimas fue sensiblemente menor.
El autoritarismo con que estos movimientos de oposición fueron tratados en los años 50 y 60 evidenciaron las limitaciones del sistema político, así como las contradicciones del esquema de desarrollo del país, con alto crecimiento económico y expansión de los servicios en un marco de estabilidad política y de precios, pero que no resultaban suficientes para una población que crecía a ritmo acelerado y estaba más alerta de sus derechos. Todo ello mostraba que el régimen político requería reformarse para mejorar su desempeño. Hacia ese punto se orientarían las transformaciones que el PRI alentaría.
Congreso de Sonora (S.f.) Historia del Partido Revolucionario Institucional. Recuperado el 18 de Febrero de 2014 de www.congresoson.gob.mx/docspri/HistoriaPRI.htm
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